La verdad incómoda
Una cosa que suele adolecer los Nobel de la Paz es marcado carácter equívoco, es un premio demasiado subjetivo para no poder entrar en valoraciones, y solo se toma cierta perspectiva con el paso del tiempo para poder valorar un premio suele ser movido por la actitud social en esos momentos, sin pretensiones como el trabajo ccontinuo, el Nobel de Literatura, o una mejora en la práctica de la vida, Medicina, Química o Física.
Este año, Al Gore junto al Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU han sido galardonados "por sus esfuerzos para construir y diseminar un mayor conocimiento sobre el cambio climático causado por el hombre y poner las bases para la toma de las medidas que sean necesarias para contrarrestar ese cambio".
Mi intención no es desprestigiar ni contradecir la decisión tomada en Noruega, pero creo, que un vicepresidente de EEUU durante ocho largo años, pudo haber realizado un mayor esfuerzo por el cumplimiento del Protocolo de Kyoto en el gobierno de "entonces", el mismo gobierno al que pertenecía Al Gore, que estubo bajando las pretensiones para firmar hasta el último momento, firmó para luego no ratificar; su adhesión solo fuer simbólica hasta 2001 que el gobierno de "ahora" (Bush & Cia) fue menos hipócrita y se retiró del protocolo. Pero bueno, criticarle solo a él, cuando no hay ningún país, que lo cumpla a excepción de un puñado de salvedades...
Ahora mismo el Protocolo de Kyoto se ha convertido en una declaración de buenas intenciones, que la única utilidad verdadera al menos por nuestros gobiernos es de hacer de cuando en cuando un anuncio para tocar la sensibilidad social y quedar políticamente (¿?) correcto ante los ciudadanos.
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